El futuro está llegando...

Si en el post anterior ya comentaba cómo ha ido cambiando el periodismo desde su vertiente más tradicional a su aspecto digital actual, pasando antes por su reestructuración electrónica, no podía dejar de hablar del nacimiento de un nuevo medio online que verá la luz pronto y que se define a sí mismo como independiente, moderno y futurista.
Me estoy refiriendo a lainformacion.com, cuya presentación en la red se ha hecho mediante un vídeo que retoma algunos de los grandes cambios que debería sufrir el periodismo y los medios si todo avanza tal y como lo está haciendo.

Así, en el corto se habla de la desaparición del papel como soporte habitual de lectura de prensa, de la concentración de medios que puede darse al ir absrobiendo unas compañías a otras, del nivel de sofisticación que pueden alcanzar los dispositivos portátiles, etc.

Pero, lejos de analizar el vídeo en su totalidad, yo me quedaría con un aspecto concreto: el periodista se acabará configurando como un informador puro y duro que ya no rivalizará con los ciudadanos sino que, al ser la información de todos, será consciente de que todo el mundo puede colaborar en la tarea, lo que no quita que sus cualidades y su formación le permita ir más allá en muchas situaciones a las que un ciudadano normal no podría ni querría acceder.

Además, no son pocas las razones que, tras ver el vídeo, me llevan a creer en esto. Concretamente, el periodista del futuro se dedicará en cuerpo y alma a informar, sin tener que estar pendiente de otras rutinas de trabajo porque:

-Todo el trabajo burocrático y productivo lo podrían hacer máquinas.
-La concentración mediática o empresarial no sería algo negativo si los propios informadores mantienen su independencia y usan las tecnologías de estas corporaciones únicamente como vía de publicación de sus contenidos.
-Los avances tecnológicos le permitirán estar en el lugar de la noticia, ya sea personalmente o comunicado interactivamente con testigos del hecho.
-La recepción más individualizada de noticias, pero a la vez más extensa (recordemos los paradigmas de la e-comunicación), llevará a los lectores a seguir más a unos periodistas concretos que a unos medios o marcas.

Y sí, tras escribir esto, me doy cuenta de que puede sonar muy fantástico y alejado de la realidad. Pero no soy el único que lo piensa, pues el director de Microsoft ya predijo hace dos años que a la prensa tradicional le queda una década de vida.

(foto de Rufus Gefangenen)

Diseccionando un medio digital

A estas alturas nadie puede negar que la informatización de la sociedad, salvo alguna excepción, ha sido algo positivo a nivel informativo y, por tanto, periodístico.
De hecho, el periodismo digital, evolución del electrónico, no existiría hoy sin dicha informatización que, a su vez, habría sido igualmente inexistente sin los ordenadores, internet y otros dispositivos gracias a los que hoy los datos se crean, envían y reciben sin ningún tipo de barrera espacial o temporal, principales enemigos de la tarea periodística.

Visto así, parece que estemos ante un avance similar al que nos llegó de la mano de Gutemberg en el siglo XV con su imprenta. Y no es para menos, pues, aunque parezca exagerada esta comparación, no hay que obviar que la informatización de la sociedad y la consolidación del periodismo electrónico suponen un paso evolutivo decisivo para la comunicación ya que sin ellos no podríamos hablar ahora del periodismo digital tal y como lo conocemos.

Pero, concretemos, ¿cómo ha ido ocurriendo todo? Muy sencillo:

Las rutinas de producción de los medios empiezan a cambiar en la década de los '50, se informatizan (pdf), y las redacciones empiezan a usar medios electrónicos para la elaboración de sus productos, quedando el poder y la responsabilidad sobre la calidad del producto en los periodistas y no en los impresores o productores de los talleres como ocurría en décadas anteriores.

Lógicamente, los soportes se van adaptando a esta nueva situación a lo largo de los '60, '70 y '80 y van adoptando un carácter digital, aunque el acceso a sus contenidos, a pesar de ser online, no siempre ofrece interactividad.

Con la consolidación de todo lo anterior y la evolución de los soportes ya va naciendo una nueva forma de informar, un nuevo tipo de periodismo, el digital, que se caracteriza por:

1) Desarrollarse en red por profesionales de la información a través de soportes digitales.
2) El uso del hipertexto, el enlace e interconexión entre contenidos.
3) La actualización continua e inmediata de datos e informaciones.
4) La interactividad entre el medio y el usuario.

Atendiendo a esto, podemos ver cómo la mayoría de cabeceras, cuyo soporte tradicional era el papel, han ido creando sus ediciones digitales y han ido adaptándolas a al ritmo frenético de cambio y evolución que Internet experimenta cada año.

Es el caso de El Periódico de Cataluña, que nos sirve como ejemplo para el análisis de dichas transformaciones.

Fundado en 1995, digitalmente hablando, esta cabecera comenzó con un mero volcado de su información de papel a la pantalla, ofreciendo sólo una selección de textos extraídos de su edición impresa. Esto, sin embargo, ha ido evolucionando tanto en este medio como en otros y hoy ya se incluye una larga lista de secciones cuyos contenidos se actualizan continuamente y cuya redacción se basa en el lenguaje multimedia propio de la red: hipertexto, interactividad y variedad de soportes (texto, video y fotografía).

A nivel de imagen , su portada fue inicialmente de tipo facsímil y sin darle tanta importancia a los elementos gráficos como hacen hoy al incluir una imagen principal y otras secundarias que acompañan a las noticias más importantes. Además, todas las informaciones permiten el envío de comentarios y opiniones desde la propia portada, fomentando el feedback.

En el resto de secciones el apartado visual es más sencillo: sólo las noticias más destacadas van acompañadas de imagen.

Así, queda claramente diferenciada la edición digital de este medio respecto a la de papel, pero aún hay más: su digitalización ha permitido incorporar servicios como la hemeroteca, servicio al que se puede acceder de forma rápida y gratuita y que no se ofrecía durante los primeros años del periódico en al red, pues su filosofía entonces era como ocurre con las ediciones escritas: la información moría al ser consumida.

Por suerte, echar la vista atrás nos permite, a veces, comprobar cómo hemos evolucionado y cómo la continua audiovisualización de los medios ofrece cada vez más posibilidades de información a través de la integración de diferentes soportes.
Eso sí, en todo proceso evolutivo hay cosas que acaban por desaparecer... es cuestión de tiempo.

(foto superior de dr_pablogonzalez)

Contenido y continente

En el post anterior ya hice referencia a algunos de los dispositivos que supusieron el inicio del periodismo electrónico, sin el que habría sido imposible hablar hoy de periodismo digital.

Además, en clase elaboramos otro dipity sobre el nacimiento de las ediciones digitales de las cabeceras más importantes:



Pues bien, aparte de los dispositivos, no hay que dejar de lado los contenidos, ya que sin ellos sería inútil seguir hablando de medios y recursos de transmisión de datos, pues no habría nada que transmitir.

Por eso, a veces no nos damos cuenta de la importancia que puede tener la verificación y el contraste de aquello que buscamos. Es más, nos dejamos impresionar por la rapidez y facilidad de acceso a grandes cantidades de información pero... ¿sabemos a ciencia cierta si ésta es completa y verdadera?

Esa misma pregunta me la hice yo el otro día cuando tuve que buscar con mi compañera Erica Contreras algunos datos sobre el teletexto en Wikipedia, lugar que ejemplifica a la perfección las ventajas y utilidades de la web 2.0, así como su gran peligro: todos pueden participar, y no todos saben hacerlo.

(teletexto, imagen de Wikipedia)

En esta enciclopedia, por ejemplo, nosotros pudimos reorganizar algunas partes del artículo en cuestión e incluir otras nuevas sin necesidad de registro alguno, pues se queda grabada la IP del ordenador. Aunque, claro está, si alguien quiere aparecer como autor sí debe introducir sus datos personales.

Visto esto, no debemos echarnos las manos a la cabeza... pero sí ser conscientes de que todos somos humanos y podemos cometer errores. De ahí que, en estos tiempos, la verificación de fuentes sea imprescindible.

Con la pantalla bajo el brazo

A estas alturas, sabiendo ya que Internet ha ido evolucionando poco a poco hasta llegar a ser lo que es hoy y qué peligros puede entrañar, mis compañeros de clase y yo hemos elaborado un dipity sobre lo que, a nuestro parecer, han sido los grandes hitos de la historia de la red:


No obstante, no hay que olvidar que la consolidación y generalización del uso de este medio (pdf, ver página 8) ha sido fruto de la evolución de los diferentes soportes que han ido permitiendo la consulta e intercambio de información de forma cada vez más rápida y sencilla.

De esta manera hemos dejado ya de depender de algunos dispositivos electrónicos bastante arcaicos como el audiotex (aún vigente, aunque adaptado a los nuevos tiempos) o el videotex, del que luego nació el teletexto, con las mismas limitaciones gráficas pero con una vía de acceso mucho más común que ya no precisaba de adaptador o conversor de señal y que le ha permitido vivir más de dos décadas: la televisión. Hoy en día, con cualquier aparato que tenga conexión wi-fi, es posible acceder a Internet.

Pero la cosa no queda ahí. La evolución de los soportes parece ser algo imparable hasta el punto de que, desde hace unos años, se viene hablando con cierta normalidad de lo que podría ser el futuro de la difusión de contenidos: el e-papel.

Esta variante digital de las hojas de papel, cuyo antecesor más directo fue el e-book (por el que siguen apostando compañías como Amazon) está siendo la apuesta de muchas empresas para llegar a una solución coherente que termine con el debate prensa digital versus prensa en papel. Precisamente, en 2007 se abre la primera fábrica de e-papel en Alemania y LG Philips crea una edición en color de este soporte.

¿Estamos asistiendo, entonces, al nacimiento de la nueva forma de leer el periódico? ¿Dejaremos de ver a la gente con sus diarios impresos bajo el brazo por la calle? ¿Nos pasaremos todos al papel electrónico?

Personalmente y sabiendo que puedo equivocarme, yo creo que sí. ¿El motivo? Muy sencillo: hoy todos dependemos de dispositivos portátiles a través de los que trabajamos, nos informamos y nos relacionamos. Por eso, si las generaciones futuras siguen este camino, estarán más acostumbrados a manejarse con links que a pasar páginas y, algo aún más importante, tendrán una mayor dependencia de la actualidad, de lo instantáneo.

No dudo que a la prensa escrita le queden cualidades para competir con una pantalla pero, en los tiempos que corren, empiezan a valorarse más cuestiones como la facilidad de almacenamiento de contenidos en menos espacio, la rapidez de acceso y actualización, etc.

(foto de KNK)

Hola, soy George Clooney

Sí, sí, que a nadie le sorprenda el título de este post porque, parezca raro o no, ahora mismo yo podría abrir un blog nuevo con ese título, documentarme sobre la vida del actor y empezar a escribir haciéndome pasar por él. Así de sencillo.

Vale, es cierto que algún fan acabaría descubriéndome o, incluso si nos basamos en la Teoría de los Seis Grados, alguien del entorno del propio Clooney podría encontrarme... Pero, hasta que eso ocurriese, os habría engañado a todos sin haberme movido de casa, gracias a Internet.

¿Significa esto que cada vez se va perdiendo más la credibilidad en la red y que cualquiera puede usurpar identidades, datos, etc.? Bueno, aunque no hay que ser alarmistas, yo diría que... sí.

Pero que nadie ponga el grito en el cielo, pues esta situación es una consecuencia totalmente lógica de un medio que, al luchar por eliminar cualquier barrera que impida la comunicación, está dificultando cada día más su propio control.

Por eso, actualmente es frecuente toparse al navegar con hoaxes, bulos, que a veces llegan a calar tanto en la opinión pública que han de ser desmentidos por las empresas implicadas (pdf), tal y como recoge navegandoxlared.es en un artículo. O, como anunciaba yo al comienzo del post, con supuestos personajes famosos que tienen un perfil en las tan de moda redes sociales...

Y aún hay más, ya que no hay que olvidar que Internet es, además, el gran medio del comercio sin fronteras, de los negocios anónimos y, si no se lleva cuidado, de las grandes estafas.

De ahí que, en vista de que comprar sin salir de casa está llegando a ser más un peligro que una ventaja, algunos empresarios se estén centrando en establecer qué requisitos han de seguir para que su negocio adquiera credibilidad; algo que también han hecho instituciones como la Universidad de Stanford, que ha llegado a dedicar más de tres años de estudio para elaborar un informe (pdf) sobre la percepción y evaluación de la credibilidad que tienen los usuarios de los sitios webs. Es más, como recoge Miguel Ángel de Alzáa, de dicho documento se pueden extraer qué 10 normas contribuyen a hacer creíble un site.

Pero si hay algo en lo que puede ser determinante esta pérdida de credibilidad es en el famoso debate entre Prensa escrita y Prensa digital.
Recordemos que, si los medios online han estado ganando terreno a los tradicionales, la dificultad para demostrar la veracidad de algunas informaciones obtenidas por vías no profesionales podría hacernos retroceder unos cuantos años hasta el momento en el que el papel era el rey indiscutible de la credibilidad frente a las cabeceras digitales.

Sin embargo, no hay que ser alarmistas respecto a la desaparición de un soporte u otro sino que hay que luchar porque ambos ofrezcan contenidos de calidad, creíbles y útiles, pues así podremos evitar tener que recurrir sólo a la consulta de uno de ellos y podremos aprovechar los dos, como ya se está haciendo.

Precisamente por esto, hay que confiar en proyectos como los que explica Tíscar en dos artículos sobre la evaluación de contenidos que realizan desde Credibility Commons y la necesidad de fomentar el uso responsable de la red con una buena educación.

De esta manera, aun sabiendo que la posibilidad que Internet ofrece de mantener el anonimato puede ser perjudicial para la credibilidad de los contenidos, con control y criterio podremos seguir disfrutando de su gran ventaja: la creación colectiva, que permite hacer una red de todos y para todos.

(foto de Míster Jaded)

Hecha la ley, hecha la trampa

Ya no hay excusa para perderle la pista a nadie. Hoy en día, gracias a las redes sociales de Internet, cualquiera puede mantener el contacto con sus amigos y conocidos sin importar la distancia que les separe o la diferencia horaria que haya entre ellos. Un ejemplo de este tipo de páginas es Tuenti, una red social creada en enero de 2006 por un estudiante norteamericano actualmente afincado en Madrid (España), Zaryn Dentzel, que en un principio sólo iba dirigida al público universitario pero, visto el éxito que fue alcanzando, se abrió a todo el que quisiera participar mediante la solicitud de una invitación.

Precaución, amigo usuario

Ahora bien, ¿hasta qué punto es una ventaja que uno pueda ser encontrado y encontrar a otros sin moverse de casa? ¿Es peligrosa la exposición de algunos datos personales ante tantos usuarios? ¿Llega a perderse el control sobre lo que pueden hacer terceras personas con la identidad que proyectamos en la red?

El caso de Marta del Castillo ha puesto en evidencia que a veces el control de los contenidos en estas redes se hace imposible -sorprendentemente- hasta para los propios creadores, como ocurre en Tuenti. Sin embargo, antes de condenar al medio en cuestión y hacer que trágicos sucesos como el anteriormente nombrado acaben convirtiéndose en un circo mediático, habría que plantearse qué está fallando y ver dónde está el límite en cuanto a la privacidad de los usuarios.

Y es que, aunque los medios tengan la obligación de dar una visión global de la noticia, no hay que olvidar que lo publicado en las redes sociales debe mantener su carácter privado y no dar lugar a la exhibición de contenidos ante terceros sin su consentimiento, independientemente de la finalidad que se persiga. Por este motivo, no es de extrañar que Ícaro Moyano, director de Tuenti, y todo su equipo ya haya tomado medidas para intentar frenar el fenómeno social en el que se ha convertido el caso.

Partiendo de esta idea, no hay que olvidar que Internet es un medio que precisa de un control en cuanto a sus contenidos, en la medida de lo posible, y en cuanto a su uso.

Precisamente por esto, la solución para evitar las consecuencias negativas y aprovechar las múltiples ventajas que las redes sociales ofrecen consistiría en realizar un consumo y una participación responsable en ellas. Gracias a iniciativas como la celebración del Día Internacional de la Seguridad en Internet o la implicación de la la Secretaría de Estado de Telecomunicaciones y para la Sociedad de la Información del Ministerio de Industria con la creación de Chaval.es, esto es algo que se tiene cada vez más en cuenta y que, aunque no pueda acabar con el problema de golpe, ayudará a combatirlo.

Eso sí, aunque la culpa sea de todos, no hay que obviar lo impactante que resulta que haya tenido que salir a la luz un caso como el de Marta para que Tuenti, líder de las redes sociales desde 2008, haya tenido que ponerse manos a la obra en el refuerzo de la moderación de los mensajes y perfiles que circulan por sus entrañas.

Tuenti, una forma más de publicidad

Si una red social puede contribuir de forma negativa en el tratamiento mediático de temas como el anterior, también es cierto que este tipo de redes se han convertido actualmente en una forma más de publicidad.

Es por esto que Tuenti no ha pasado desapercibida para el mundo de la política y ya son muchos los dirigentes que hacen uso de las nuevas plataformas para exponer sus campañas. Un ejemplo de ello es el líder del Partido Popular, Mariano Rajoy. En un principio se realizó su propio espacio en Facebook, y no quiso desaprovechar las oportunidades que ofrece Tuenti, por lo que también se creó un perfil en esta red de cara a las elecciones para llegar a los universitarios. Además, con motivo del I Foro Abierto del PP, el partido utilizó estas redes para organizar "quedadas" donde los ciudadanos podían realizarse fotografías con los políticos.

Otro de los usuarios más famosos en estas redes es Barack Obama. El nuevo Presidente de EE.UU. ha sabido utilizar las nuevas tecnologías para fomentar la participación con los ciudadanos y establecer un vínculo más cercano con sus seguidores.
El Presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, o Gaspar Llamazares, son otros ejemplos del mundo de la política que se han sumado a estas redes. Además, cantantes como David Bisbal, Marta Sánchez o el tan conocido Rodolfo Chikilicuatre cuentan con perfiles en los diferentes portales de Internet donde cuelgan sus fotos y comentarios.
Así, sabemos que Tuenti (como el resto de redes sociales) ofrece muchas oportunidades y herramientas con el fin de que sus usuarios puedan relacionarse con personas de sus mismos intereses, pero también debemos tener en cuenta que en estas plataformas pueden surgir dobles de famosos. Muchas personas se registran con perfiles falsos y se hacen pasar por personas conocidas como cantantes, modelos e incluso miembros de la realeza, como es el caso de la Princesa de Asturias, que cuenta con varios perfiles en Facebook.
Hasta tal punto se ha generalizado esta práctica que, según explica el propio Ícaro Moyano, la revisión de contenidos de las páginas de los miembros de su red se centra en identificar, verificar y clausurar este tipo de perfiles.

Red de redes

Con un funcionamiento que partía en sus primeros años de gestación de la Teoría de los Seis Grados, las redes sociales están hoy completamente consolidadas y son el ejemplo más claro y concreto del concepto de web 2.0.

Sin embargo, Tuenti no es la única. Facebook o MySpace son, además de la española, algunas de las más conocidas y, debido a la gran acogida que han tenido a nivel social, estas plataformas siguen creciendo y cada vez son más específicas. LinkedIn, por ejemplo, es una red social destinada a los negocios y permite intercambiar conocimientos e impresiones con diferentes profesionales. Una red destinada a la cultura, a la música y a la literatura es Dejaboo, aquí puedes conocer a gente que comparta tus mismas inquietudes. Badoo, por su parte, es una red que está disponible en dieciséis idiomas y permite conocer nuevas amistades y compartir vivencias.

Artículo escrito por Erica Contreras y Sandro Maciá.
Foto de Santyago Egospectro