Desmasificación: la era del conocimiento

Hoy en día, todos estamos acostumbrados a acceder a Internet para buscar información especializada, para obtener datos sobre temas que nos interesan, para distraernos leyendo sobre aquello que nos afecta de cerca, etcétera. Y es que, actualmente, la Red se ha convertido en un medio de referencia para la inmensa mayoría de la sociedad, ya sea por motivos de ocio, por necesidades informativas o por cuestiones laborales.

En este sentido, el artículo de José Luís Orihuela sobre la e-Comunicación constituye un claro ejemplo de cómo Internet ha conseguido dar una vuelta de tuerca a las comunicaciones actuales.

Tal y como se recoge en este decálogo del Doctor y Profesor de la Universidad de Navarra, la Red ha permitido que las empresas comunicativas se replanteen su identidad y se dediquen ahora a generar servicios (dejando de lado la importancia de los contenidos como negocio) a los que cualquiera puede acceder desde múltiples soportes o terminales. De esta manera, la evolución comunicativa a nivel empresarial ha pasado de la simple segmentación de contenidos a una personalización de los servicios ofertados.

Pero, si ahora las empresas son generadoras de servicios multiplataforma y la Red no pone (ni tiene) límites a la utilización de cualquier formato gráfico, visual, escrito ,etc., ¿cómo se puede explicar esta confluencia de medios de características tan distintas? Pues, sencillamente, afirmando (como hace el Doctor Orihuela) que Internet no es un medio en sí sino un meta-medio, es decir: un medio de medios que permite mantener a cada empresa informativa su identidad, sus características y el perfecto desarrollo de su actividad.

Y aún hay más. Aunque nosotros no lo valoremos y lo veamos como algo normal, el hecho de que la información transmitida vía Internet tenga una periodicidad instantánea es y ha sido el motor que ha permitido un seguimiento continuo de la actualidad, algo impensable hace décadas. Hoy, el seguimiento de las noticias es mucho más que la lectura semanal, diaria o mensual de publicaciones impresas: hoy, si queremos, tenemos la posibilidad de hacer un seguimiento a tiempo real, al minuto, de la información sin tener que vernos limitados por los impedimentos que tienen los medios impresos y electrónicos tradicionales como el espacio y el tiempo. Algunos ejemplos de esto pueden ser: EL PAÍS, ABC, EL MUNDO...

Estar desinformado en los tiempos que corren parece imposible… Aunque ¿son todo ventajas?
Yo me atrevería a decir que sí, que la mayoría de cambios han sido positivos ya que hoy podemos interactuar con los contenidos que se nos presentan, podemos disfrutar del libre acceso a cualquier dato (y no depender de la tradicional distribución controlada exclusivamente por los medios en función de sus intereses) e incluso compartir todas estas posibilidades con otros usuarios a través de foros, comunidades, etc. Pero también entiendo que hay problemas como el hecho de que la propia estructura de la Red deje de lado a la figura del intermediario (censor, redactor, corrector…) en algunas ocasiones (en parte, por la posibilidad de aportar información de forma directa y rápida que todo usuario tiene) y que se aconseje dudar a veces de informaciones de las que no se tiene la certeza de que han sido contrastadas.

En mi opinión, y sin que esto signifique que niego la importancia de todo lo anterior, lo más significativo del decálogo del Doctor Orihuela es que con Internet se ha llegado a la desmasificación de contenidos tan criticada durante años por las escuelas de Periodismo y se ha conseguido alcanzar una personalización de los servicios de información, un lenguaje que permite enlazar contenidos y acabar con el paradigma lineal de la escritura textual y, lo más importante, pasar de la información al conocimiento como consecuencia de la aplicación de todo lo anterior a las rutinas informativas de los medios.

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